Son tan lindos tus ojos verdes, Hebe. Tan lindos. Pero no son lindos porque sean verdes, ni porque cambien de color.
Son lindos porque combinan con el sweater de algodón que usás cuando te despertás sintiéndote sensual. Porque están hechos de clorofila de madreselvas. Porque se dilatan a razón de dos milímetros por segundo cuando hago cosquillear tu cuello. Porque son ojos mágicos: cuando mirás el cielo de noche se transforman en dos banderas de Mauritania. Me encantás. Muero por vos. No creo en el casamiento, pero me casaría sin pensarlo si lo sugirieras. Claro que eso no va a pasar; porque Hebe, yo sé que vos también morís por alguien, y que ese alguien no soy yo. Cuánto daría yo porque te dés cuenta de lo que daría porque dejes de mirarme y me veas. Con esos ojos, Hebe. Son tan lindos…
Con esos ojos que ven que Emanuel tiene esencia en sus rizos tornasolados. Ven que el aura de Ema es amarillo, algodonoso y con forma de gota. Y que lo lleva arrastrando, pendiendo del pupo, como si fuera un globo de shopping. Ema y Hebe se cruzan en la oficina, siempre. A veces almuerzan en ronda porque tienen amigos en común, a pesar de trabajar en distintas áreas. Y en la ronda Ema mira tus ojos, Hebe, y los vé lindos. Los vé lindos porque son verdes, y porque cambian de color. Ema no te puede Ver porque tiene un filtro Rosa. Rosa es la mujer más inteligente del planeta; Ema admira con terquedad la picardía de sus palabras y la coherencia de sus ideas. Se queda embelesado cuando Rosa le explica sus teorías; élla es algo de no creer…
¿Por qué Rosa no puede Ver a Ema? ¿Por qué no me Ves, Hebe? Es un círculo vicioso: yo daría lo que fuese porque Alguien me Viera, pero Alguien no me Vé porque está atento Viendo a Otrapersona. Otrapersona muere por AlguienMás y no logra Ver a Alguien. Y resulta ser que AlguienMás moriría por X, pero X está absorta en OtroPlaneta. OtroPlaneta, por supuesto, es la mejor amiga de X pero no puede ver a OtroPlaneta como AlgoMás. AlgoMás sí logra ver a OtroPlaneta. Esto, por supuesto, no es ficción. Es mi historia, Hebe. Y la tuya. Decíme, ¿cuándo se rompe El Círculo? ¿cómo se hace? Porque estoy seguro que eso es posible; mis viejos se miran con amor hace treinta y ocho años; el placer de ver a Eva y Pato juntos no se explica; la complicidad de niños juguetones que se nota en Andrés y Mónica dá gusto. Hay evidencias de que El Círculo se rompe.
Me dan ganas de mirar para atrás en la rueda. ¿A quién estaré dejando de ver? ¿Quién morirá secretamente por mí? ¿Por qué no la veo? Yo ya sé quién es. ¿Por qué no puedo dejar de verte así, Hebe, y empezar a Ver para atrás para romper El Círculo?
Es que son tan lindos tus ojos verdes, Hebe. Tan lindos. Pero no son lindos porque sean verdes, ni porque cambien de color…